La Unión Europea (UE) está a punto de anunciar su compromiso de elevar la meta de uso de energías renovables del actual 22% al 42,5% para 2030. Se espera que este compromiso impulse las inversiones en la producción de energía limpia y acelere el paso hacia una economía sin emisiones de carbono. Aunque este acuerdo, que supera el objetivo legal actual del 32%, se basa en las negociaciones políticas concluidas en marzo, todavía necesita la aprobación del Parlamento Europeo. Sin embargo, el principal obstáculo, las diferencias entre Francia y Alemania dentro del Consejo de la UE, ya ha sido superado.
La aplicación del acuerdo se ha pospuesto, según Sven Giegold, Secretario de Estado de Economía y Acción por el Clima de Alemania, porque Francia quería comparar el hidrógeno producido por energía nuclear con el hidrógeno renovable. Pero Francia no tardó en responder: Agnès Pannier-Runacher, Ministra Francesa de Transición Energética, replicó que en 2022, Francia produjo más energía renovable que Alemania y que la producción de energía a partir del carbón en Alemania representa más del 30% del total, en comparación con el 0,6% en Francia.
El acuerdo se alcanza tras meses de discusiones. Por un lado, Francia, con el apoyo de una serie de Estados miembros como Finlandia, Eslovenia y Rumanía, buscaba un mayor reconocimiento para la energía nuclear. Por otro lado, Alemania, con el apoyo de países como España y Luxemburgo, buscaba mantener la energía nuclear fuera de la legislación sobre energías renovables. El verdadero desafío radica en implementar estos objetivos con metas vinculantes en transporte, calefacción y, sobre todo, la industria, donde el hidrógeno verde desempeñará un papel clave en el futuro como sustituto del gas natural.
«La cuestión clave es la energía nuclear. Aquellos países con un ‘mix energético’ que incluye la nuclear tienen diferentes ritmos de adopción hacia el objetivo del 42,5% en 2030. Todos están de acuerdo con el objetivo, pero no con cómo alcanzarlo», resumía una fuente diplomática. Por último, los embajadores de la UE lograron un compromiso entre las posturas francesa y alemana para establecer un consenso sobre la reforma de la Directiva de Energías Renovables (RED III).
Para alcanzar este acuerdo, Francia tuvo que aceptar un objetivo más ambicioso (45%, de los cuales el 42,5% son obligatorios y el 2,5% son orientativos), pero a cambio obtuvo una declaración de la Comisión Europea que subraya la importancia de la energía nuclear en la descarbonización y una exención para su industria del amoníaco.
Este acuerdo está estrechamente relacionado con dos expedientes que los ministros de Energía y Medio Ambiente de los países de la UE negociarán en Luxemburgo. El primero es la reforma del mercado de la electricidad, que busca precios asequibles a largo plazo pero a la vez fomentar las inversiones en energías renovables. El segundo es la Ley de Restauración de la Naturaleza, que busca un equilibrio entre la protección de la naturaleza y el despliegue acelerado de energías renovables.