En el siglo XXI, nos encontramos en un punto de inflexión. La globalización, el proceso de creciente interdependencia económica, política y social entre las naciones, se encuentra en un punto de tensión con un resurgimiento del proteccionismo, la política de proteger las economías domésticas de la competencia extranjera.
Nos encontramos al borde de un nuevo horizonte financiero: la era del dinero digital. Con el surgimiento de las criptomonedas y la tecnología blockchain, nuestra concepción del dinero, cómo lo usamos, almacenamos e intercambiamos, está siendo desafiada y reimaginada.
Estamos viviendo una revolución tecnológica sin precedentes. La inteligencia artificial (IA), con su capacidad para aprender, adaptarse y realizar tareas que antes requerían de la inteligencia humana, está cambiando todos los aspectos de nuestra vida. Y la economía no es una excepción.