La ciberseguridad se ha convertido en una preocupación primordial en el siglo XXI, tanto para las entidades públicas como privadas. En un mundo cada vez más digitalizado, donde la información es un recurso valioso y la interconexión es esencial, proteger los datos y garantizar la integridad de los sistemas informáticos se ha vuelto imperativo.
La economía digital ha transformado nuestras vidas de innumerables maneras. Desde la forma en que nos comunicamos hasta la forma en que compramos, trabajamos y nos divertimos, las tecnologías digitales han redefinido el paisaje de nuestra experiencia cotidiana. Sin embargo, en la sombra de estos avances deslumbrantes, se cierne un problema insidioso: la creciente brecha digital y las desigualdades que conlleva.