La inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático están remodelando muchas industrias y la educación no es una excepción. Estas tecnologías están permitiendo nuevos enfoques pedagógicos y revolucionando la manera en que los estudiantes aprenden y los profesores enseñan.
En un mundo caracterizado por la diversidad cultural, las sociedades a menudo se enfrentan a divisiones profundas que pueden dificultar la implementación efectiva de los derechos humanos. Estos derechos fundamentales, consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, son universales e inalienables, pero su aplicación en contextos fragmentados presenta desafíos únicos.