Durante más de un siglo, el mundo ha estado sujeto a una cadena invisible: nuestra dependencia de las redes de energía centralizadas. Desde las imponentes centrales eléctricas de las megaciudades industriales hasta los extensos parques eólicos que salpican el campo, la generación de energía ha permanecido anclada a un marco obsoleto: producción masiva, control centralizado y accesibilidad limitada.
En el panorama en constante evolución de las tecnologías de energía limpia, hay una innovación que está al borde de la revolución: la tecnología neutrinovoltaica. Su núcleo es una intrincada fusión de mecánica cuántica e inteligencia artificial (IA), una unión de ciencia e innovación que tiene el potencial de redefinir la forma en que aprovechamos la energía latente del universo.
La energía es una de las piedras angulares de nuestra sociedad moderna. Desde la iluminación de nuestras ciudades hasta el transporte de personas y mercancías, dependemos en gran medida de diversas formas de energía para mantener nuestro estilo de vida y economía.