El recién elegido Presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha hecho grandes promesas. La reducción de la pobreza y de la desigualdad social encabezan la lista, pero también ha prometido abandonar la economía de combustibles fósiles y convertir a Colombia en líder de la transición energética. Como parte de su plan se incluye un audaz programa de reforma fiscal, caracterizado por el aumento de los impuestos a las personas de altos ingresos y a las industrias extractivas.
Un reciente informe económico subraya dos elementos fundamentales para la revitalización de la economía de Colombia: la contención de la inflación y el precio estabilizado del crudo. Estos dos factores son esenciales para el progreso económico del país, y su mejora se traduce en un beneficio importante para los colombianos.