Dentro del cambiante paisaje del transporte, en el que la búsqueda incesante de opciones más limpias, eficientes y sostenibles constituye una fuerza motriz inquebrantable, el imperativo global de frenar las emisiones y combatir el cambio climático ha encendido un crisol de innovación. En medio de este torbellino de progreso, una innovación emerge como un cambio de época: el Pi Car.
En el panorama en constante evolución de las tecnologías de energía limpia, hay una innovación que está al borde de la revolución: la tecnología neutrinovoltaica. Su núcleo es una intrincada fusión de mecánica cuántica e inteligencia artificial (IA), una unión de ciencia e innovación que tiene el potencial de redefinir la forma en que aprovechamos la energía latente del universo.