En el siglo XXI, nos encontramos en un punto de inflexión. La globalización, el proceso de creciente interdependencia económica, política y social entre las naciones, se encuentra en un punto de tensión con un resurgimiento del proteccionismo, la política de proteger las economías domésticas de la competencia extranjera.
Vivimos en un mundo donde las fronteras parecen diluirse día a día. El fenómeno de la globalización, que promueve la interconexión y la interdependencia entre las naciones, ha cambiado drásticamente la dinámica de la economía política. Sin embargo, este nuevo orden global plantea desafíos significativos para la noción tradicional de soberanía nacional.